La Biblia Completa


La Biblia Completa

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lunes, 23 de febrero de 2015

Día 22: Éxodo 14 al 16

Lee los capítulos 14 al 16  del libro de Éxodo (puedes leerlos dando click aquí: Exodo 14-16)

Notas De Estudio

Capítulo 14: Los Israelitas habían salido de Egipto con el fin de adorar a Dios en el desierto, de acuerdo a la petición de Moisés. La forma en que lo hicieron, más la ruta que tomaron le revelaron a Faraón que su intención era no volver, así que inicia una persecución.
Uno puede pensar que el faraón era terco (de hecho: lo era, y sumémosle a eso que Dios había endurecido su corazón), pero piensa en una maquinaria nacional de trabajo forzoso y gratuito, ahora piensa que de un día para otro ya no la tienes, ¡ah! Eso pensó Faraón, y quizás todo Egipto: alguien debía hacer lo que los hebreos hacían, alguien tenía que llenar el vacío.
Pi-haritot puede significar “Boca del Canal” (se ha encontrado el remanente de un antiguo canal en el área de la Península del Sinaí), Migdal significa “Torre de Vigilancia” y Baal-Zefón (“Señor del Norte”) incorpora el nombre de una importante deidad cananea a un área marítima.
Al sentir la persecución, los hebreos se quejan de una forma que veremos constante en su travesía por el desierto: “¿Para que nos sacaste de Egipto?” (v. 11), que es precisamente la forma en que pensamos cuando tenemos miedo. Al mismo tiempo la forma en que lo razonamos es que, si hubiésemos permanecido como estábamos (por más malo que eso sea), no nos pasaría esto. También vemos algo que será común casi cada vez que los israelitas se quejen: se les demostrará la mano de Dios trabaja pro-ellos.
Para gente que anda caminando, carros de caballos sería lo mismo que tanques de guerra, así que el temor se incrementa. Con el poder de Dios cruzan en seco a través del mar. En el verso 19 en la primera clausula vemos que dice que el Ángel de Dios iba de frente a los israelitas, la próxima oración dice que la columna de humo los guiaba, aunque en el 13:21 dice que el Señor estaba en la columna de humo; no podemos pensar en otra cosa sino la manifestación divina en tres formas diferentes.
La suerte no fue la misma sobre los egipcios: en la mañana sus cuerpos muertos estaban a la vista de los hebreos. Cuando los israelitas vieron lo que el Señor hizo: tuvieron fe en Dios y en su siervo Moisés… Pero eso: cuando vieron…
Capítulo 15: inicia como un canto de acción de gracias y en cierta forma profético: si observamos los versos 14-18 se profetiza terror entre los Cananeos y la subsecuente victoria de los israelitas al ser plantados en el monte de Dios. Es un canto al reinado y la soberanía de Dios (v. 18)
En una forma extraña (pero que hemos visto que es común en Éxodo) el autor repite el fatal destino que corrieron los egipcios (v.19), algo que ya fue tratado en el 14:24-25; 28.
¡Fue toda una celebración de alegría! Las mujeres danzaban y cantaban dirigidas por la hermana de Moisés, Miriam. En la liturgia judía “El Cantico de Moisés” (v. 1-18) se recita cada mañana en las oraciones preliminares. La primera parte del v. 2 aparece en Isaías 12:2 y Salmo 118:14, sugiriendo que era una frase común para referirse al Señor en alabanza.
Después de la emoción del cantico, la celebración y la danza, se encuentran con el temor de todo viajero del desierto: no hay agua, ya que el agua que hay no sirve para beber. Al llegar a Mara (el lugar fue llamado así por los mismos Israelitas y significa “amarga”) Moisés hace otro milagro, algo que será común durante el trayecto de años que los hebreos pasarán en el desierto.
Dios hace una promesa a los hebreos, que en resumen es “si escuchan lo que les digo y lo obedecen les irá bien, estarán sanos…”
Al salir de Mara encontraron lo que todo viajero del desierto le encantaría encontrar: fuentes abundantes de agua. El lugar se llamaba Elim. Una confirmación del cuidado de Dios como premio por la confianza en El.
Capítulo 16: Los israelitas vuelven a quejarse. Su necesidad por alimento era real, pero sus quejas eran exageradas: “«¡Si tan sólo el Señor nos hubiera matado en Egipto!” (v. 3) Moisés, obedeciendo una palabra de Dios, les comunica que comida será provista pero también les recuerda que sus quejas no son contra él y Aarón, sino contra el Señor Dios quien los sacó de Egipto. De hecho, es bastante interesante que se repite dos veces.
La comida es un manjar completo: carne (codorniz, un ave pequeña de carácter nómada, que migra constantemente entre África y Europa) y pan.  El “pan” resulta ser algo que se termina llamando el “maná” (los israelitas preguntaron “man hu?” que significa “¿qué es esto?”). Ellos estaban sorprendidos al encontrar todo el campamento rodeado de esta pequeña hojuela (la descripción la vimos en los versos 14 y 31). Durante todo el tiempo que estuvieron en el desierto comieron de él. Era una provisión milagrosa de Dios y que contenía absolutamente todo lo necesario para que ellos fuesen sostenidos nutricionalmente. Pero, más que eso, el maná representa:
1- De parte de Dios: fidelidad, Dios es fiel en sostenernos, y era algo que los israelitas aprendían mientras vivían en el desierto.
2- De parte de nosotros: fe a que Dios es fiel. Una de las características del maná es que solo podías guardar la cantidad exacta que ibas a consumir junto con tu familia cada día, lo que se guardaba para sobrar se dañaba, se podría. De hecho, Dios les ordenó que no guardasen nada para el día siguiente (v. 19), como una forma de ejercitarlos en dependencia de Dios. Aún así, algunos no hicieron caso y guardaron. “¡Israelitas tercos!” pudiésemos decir, pero y… ¿nosotros? ¿cuántas veces preferimos guardar y acumular por miedo al futuro cuando sabemos que seremos sostenidos por Dios? Lo malo no es que guardemos sino el miedo, la duda de que Dios nos sostendrá.
La carne no se convirtió en una provisión fija como el maná.
Es en este instante en que Dios instituye el “sabbath” o día de descanso, que para los israelitas debe empezar en la tarde del viernes y terminaba en la tarde del sábado. Para el sabático guardaban el doble de lo que necesitaban, ya que ese sábado en la mañana no habría maná. El verso 29, que dice “deben quedarse en el lugar donde estén”, es usado por los rabinos al día de hoy para limitar la cantidad de pasos que un judío fiel debe caminar durante el sabbath: 1000 metros dentro de tu ciudad, esto es llamado “el límite sabático” que es casi una milla, ¿y qué pasa si alguien te pide caminar una… milla más?
Mira si eran tercos que algunos salieron a recoger su maná en la mañanita del día séptimo. Dios le dice a Moisés:
Tienen que entender que ese día de descanso es un regalo del Señor para ustedes.” (v. 29). ¡Y claro! Los israelitas habían trabajado sin parar ¡por años! Estaban tan acostumbrados a ese ritmo de trabajo esclavizante que cuando Dios les ordena descansar el día séptimo los líderes piden explicación (v. 22). Otra vez esto es motivo de reflexión para nosotros: ¿disfrutamos el regalo de Dios del descanso? ¿aprovechamos lo que Dios nos ha provisto para descansar o trabajamos frenéticamente para asegurar nuestro… futuro? ¿o no creemos que nuestro futuro está seguro en… Dios?
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