Lee los capítulos 16 al 18 del libro de Génesis (puedes leerlos dando click aquí: Génesis 16-18)
Notas De Estudio
Capítulo 16: En tiempos antiguos en el Oriente Medio era común la práctica de que las mujeres estériles dieran a luz “a través de sus siervas”. En algunos casos “dar a luz sobre las rodillas” de alguna mujer entendía que no solo la sierva le pertenecía sino que también el bebé era como si fuese hijo-hija de su propio vientre. Ser esteril era una vergüenza grandísima por lo mucho que se valoraba tener hijos, así que Sarai le ofrece a Abram esa propuesta. Hasta donde hemos leído, ninguna parte en la promesa que se le dio a Abram específica quién sería la madre de su descendencia, así que Sarai toma el asunto en sus manos y le da “una solución” a Abram al proponer a Agar su sierva como madre sustituta. No creo que ellos hayan visto esto como “dudar de la promesa”, más bien parecen verse como ayudando a Dios, algo que hacemos continuamente: “Dios me habló de tal y tal manera… creo que lo que debo hacer para que se cumpla (porque Dios está tardando) es tal y tal cosa…”
Al tenerse en alta estima la maternidad en esos tiempos sucede lo obvio: Agar se siente superior y empieza a despreciar a Sarai. Según el libro de Proverbios, entre las tres cosas que hacen temblar la tierra esta “la criada que toma el lugar de su señora.” (Proverbios 30:23) Agar huye, pero Dios usa la ocasión para hacer una promesa sobre su descendencia, incluso nombrando a su hijo: Ismael (su nombre significa “Dios me ha escuchado” o “Dios me ha prestado atención”), que es el padre de las naciones Arabes (pongan atención al verso 12).
Desde ese momento Agar le pone un nombre a este Dios: El-Roi (Dios que me ve).
Al tenerse en alta estima la maternidad en esos tiempos sucede lo obvio: Agar se siente superior y empieza a despreciar a Sarai. Según el libro de Proverbios, entre las tres cosas que hacen temblar la tierra esta “la criada que toma el lugar de su señora.” (Proverbios 30:23) Agar huye, pero Dios usa la ocasión para hacer una promesa sobre su descendencia, incluso nombrando a su hijo: Ismael (su nombre significa “Dios me ha escuchado” o “Dios me ha prestado atención”), que es el padre de las naciones Arabes (pongan atención al verso 12).
Desde ese momento Agar le pone un nombre a este Dios: El-Roi (Dios que me ve).
Capítulo 17: Al final del capítulo anterior Abram tiene 86 años, pero al inicio del capítulo 17 ya tiene 99 años, muchas cosas han pasado y todavía no ven el cumplimiento de la promesa. Dios se le revela nuevamente a Abram esta vez como “El Shaddai”. El significado de “Shaddai” es desconocido, es muy probable que “El-Shaddai” hubiese significado “El Dios de la Montaña”, pero no estamos seguros, y se le traduce como “Dios Todopoderoso” y es como lo conocían los patriarcas hasta el tiempo en que se le reveló a Moisés (ver Exodo 6:2-3).
Dios confirma nuevamente el pacto que tiene con Abram, y podemos destacar algunas cosas:
• Cambia el nombre de Abram (significa “Padre Exaltado”) a Abraham (“Padre de Multitudes”).
• A este pacto se le pone una especie de firma o sello para la parte de Abraham y su descendencia con la circunsición (la práctica hebrea de cortar el prepucio de todo varón). Así como el arcoiris es una señal del pacto de Noé, la circuncisión es una señal del pacto entre Dios y Abraham (¡nombre nuevo!). La circunsición ha sido un asunto tan apegado a ser hebreo que se cuenta que cuando el Rey Antioco IV la prohibió unos siglos antes de Cristo las mujeres preferían el martirio antes que no circuncidar a sus hijos.
• Ahora se confirma a Sarai como la madre que dará a luz al hijo de este pacto, y también se le cambia el nombre: de Sarai a Sara (que significa “Princesa”).
Abraham se ríe ante la posibilidad de un hijo con Sara (ambos ya ancianos) y sugiere a Ismael como el hijo de la promesa (lo que nos puede explicar cierta tranquilidad en Abraham, quizás había visto a Ismael como el cumplimiento de lo prometido por el Señor), Dios confirma que Ismael tiene su parte pero que la descendencia del pacto, de la promesa será a través de Sara, y de su hijo Isaac (su nombre viene de la raíz de la palabra hebrea para “risa”, ¿por qué será? ¿eh?). Hablando del nombre “Isaac”, no notamos en ninguna parte en este capítulo ni antes, que se haya hecho un acuerdo con respecto al nombre, sin embargo Dios lo da: Isaac.
Todos son circuncidados e inicia una práctica que se sostiene hasta el día de hoy como señal de un pacto.
Dios confirma nuevamente el pacto que tiene con Abram, y podemos destacar algunas cosas:
• Cambia el nombre de Abram (significa “Padre Exaltado”) a Abraham (“Padre de Multitudes”).
• A este pacto se le pone una especie de firma o sello para la parte de Abraham y su descendencia con la circunsición (la práctica hebrea de cortar el prepucio de todo varón). Así como el arcoiris es una señal del pacto de Noé, la circuncisión es una señal del pacto entre Dios y Abraham (¡nombre nuevo!). La circunsición ha sido un asunto tan apegado a ser hebreo que se cuenta que cuando el Rey Antioco IV la prohibió unos siglos antes de Cristo las mujeres preferían el martirio antes que no circuncidar a sus hijos.
• Ahora se confirma a Sarai como la madre que dará a luz al hijo de este pacto, y también se le cambia el nombre: de Sarai a Sara (que significa “Princesa”).
Abraham se ríe ante la posibilidad de un hijo con Sara (ambos ya ancianos) y sugiere a Ismael como el hijo de la promesa (lo que nos puede explicar cierta tranquilidad en Abraham, quizás había visto a Ismael como el cumplimiento de lo prometido por el Señor), Dios confirma que Ismael tiene su parte pero que la descendencia del pacto, de la promesa será a través de Sara, y de su hijo Isaac (su nombre viene de la raíz de la palabra hebrea para “risa”, ¿por qué será? ¿eh?). Hablando del nombre “Isaac”, no notamos en ninguna parte en este capítulo ni antes, que se haya hecho un acuerdo con respecto al nombre, sin embargo Dios lo da: Isaac.
Todos son circuncidados e inicia una práctica que se sostiene hasta el día de hoy como señal de un pacto.
Capítulo 18: Este capítulo es conocido por los judíos como “VA-YERA” (significa “Dios apareció”). Es sumamente interesante que aparece como tres “hombres”. Mucha gente es cuidadosa y prefiere decir “no sabemos quienes son estos otros hombres que andan con el que es Dios” (aunque en el próximo capítulo se les llama ángeles), otros son más abiertos y lo ven como una prueba de la Trinidad. Esta idea de que es la Trinidad no es tan descabellada. Uno de los hombres pregunta por Sara y promete que “volveré a verte dentro de un año, ¡y tu esposa, Sara, tendrá un hijo!” (v. 10). Sara escucha desde otro lado y se ríe (¿qué significa el nombre de Isaac?), y el Señor responde: “¿Por qué se rió Sara y dijo: “¿Acaso puede una mujer vieja como yo tener un bebé?”? ¿Existe algo demasiado difícil para el Señor? Regresaré dentro de un año, y Sara tendrá un hijo.” (vs. 13-14)
En los siguientes versos Dios revela lo que harán inmediatamente después: destruir Sodoma y Gomorra. El pecado de estas ciudades había llegado a un punto extremo, y Dios revela su intención a Abraham. Abraham entra en una especie de negociación con Dios, pidiendo que se perdone la ciudad si aparece cierta cantidad de justos y de personas que practiquen el bien. El número empieza en 50:
” ¿Destruirás tanto al justo como al malvado? Supongamos que encuentras cincuenta personas justas en la ciudad, ¿aun así la destruirás y no la perdonarás por causa de los justos? 25 Seguro que tú no harías semejante cosa: destruir al justo junto con el malvado. ¡Pues estarías tratando al justo y al malvado exactamente de la misma manera! ¡Sin duda, tú no harías eso! ¿Acaso el Juez de toda la tierra no haría lo que es correcto?
Y el Señor contestó:
- Si encuentro cincuenta personas justas en Sodoma, perdonaré a toda la ciudad por causa de ellos.” (vs. 22-26)
Termina en 10, y Dios promete que si encuentra 10 justos no destruirá la ciudad. Más adelante veremos qué pasó.
La conversación es interesante porque Abraham hace una especie de negociación con Dios conociéndolo como un Dios misericordioso y es una especie de oración intercesora por la gente de Sodoma. Nótese que el no pide que se saquen los justos de la ciudad sino que, si se encuentra cierta cantidad de justos, que Dios no destruya la ciudad.
En los siguientes versos Dios revela lo que harán inmediatamente después: destruir Sodoma y Gomorra. El pecado de estas ciudades había llegado a un punto extremo, y Dios revela su intención a Abraham. Abraham entra en una especie de negociación con Dios, pidiendo que se perdone la ciudad si aparece cierta cantidad de justos y de personas que practiquen el bien. El número empieza en 50:
” ¿Destruirás tanto al justo como al malvado? Supongamos que encuentras cincuenta personas justas en la ciudad, ¿aun así la destruirás y no la perdonarás por causa de los justos? 25 Seguro que tú no harías semejante cosa: destruir al justo junto con el malvado. ¡Pues estarías tratando al justo y al malvado exactamente de la misma manera! ¡Sin duda, tú no harías eso! ¿Acaso el Juez de toda la tierra no haría lo que es correcto?
Y el Señor contestó:
- Si encuentro cincuenta personas justas en Sodoma, perdonaré a toda la ciudad por causa de ellos.” (vs. 22-26)
Termina en 10, y Dios promete que si encuentra 10 justos no destruirá la ciudad. Más adelante veremos qué pasó.
La conversación es interesante porque Abraham hace una especie de negociación con Dios conociéndolo como un Dios misericordioso y es una especie de oración intercesora por la gente de Sodoma. Nótese que el no pide que se saquen los justos de la ciudad sino que, si se encuentra cierta cantidad de justos, que Dios no destruya la ciudad.
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