La Biblia Completa


La Biblia Completa

¿Quieres estudiar la Biblia, tener un conocimiento básico de ella, que se te expliquen algunas cosas, pero no tienes acceso a una Biblia de Estudio u otros recursos que te costarían dinero? Pues aquí te damos una herramienta que te puede ayudar con eso y que no te costará nada. Nuestro programa de lectura de la Biblia en un año te ayudará a tener un entendimiento más que básico de temas generales de la Biblia, pasajes inciertos u oscuros y, sobre todo, a ver la Biblia Completa en un año…

miércoles, 22 de abril de 2009

El poder terapéutico de la oración

¿Tienen las oraciones poder para curar? La ciencia están descubriendo lo que los creyentes siempre supieron.

La oración adopta múltiples formas.
En los estudios que han pasado por mis manos, los resultados no se manifestaron únicamente cuando se oró pidiendo resultados concretos, sino también cuando se elevaron plegarias sin entrar en detalles. Es más, algunos estudios indicaban que en los casos en que solo se dijo algo así como: "Señor, hágase Tu voluntad", ello fue, en términos cuantitativos, más eficaz que los resultados específicos que se esperaban. Numerosos experimentos indican que la simple actitud de oración -la devoción acompañada de compasión e interés hacia la persona por quien se ora- crearon las circunstancias que favorecieron la curación del paciente.

El amor aumenta la eficacia de la oración.
La eficacia de la oración es legendaria. Es parte del folclor, del sentido común y de la vida diaria. El amor tiene efectos físicos: prueba de ello es que los enamorados se sonrojan y les palpita el corazón. A lo largo de la historia se ha reconocido sin excepción que el cariño y el desvelo constituyen un factor valioso para la curación. Es más, una encuesta que se llevó a cabo entre 10.000 hombres afectados de cardiopatías y que se publicó en el boletín The American Journal of Medicine reveló que la angina de pecho se redujo a la mitad en los que percibían el apoyo y el amor de sus esposas. Prácticamente todos los que se valen de la fe y la oración para sanar están de acuerdo en esto: que el amor es la fuerza que les permite proyectarse para curar, incluso a distancia. La sensación de interés y de afecto es tan marcada que todos la describen diciendo que sienten como si se fundieran con la persona por la que ruegan.

La oración es saludable.
El Dr. Herbert Benson, de la facultad de medicina de Harvard, fue uno de los primeros investigadores que estudió los efectos beneficiosos para la salud de la oración y la meditación. Descubrió una correspondencia entre el ejercicio y la oración. Enseñó a corredores a meditar mientras corrían, y descubrió que el organismo les funcionaba con mayor eficiencia.
Sus hallazgos revelaron que la oración no solo es beneficiosa, sino que hay una amplia variedad de métodos. Prescribir una forma específica de rezar podría coaccionar a las personas y hacerles perder interés en orar.

La oración es flexible.
La mayoría de las personas que oran están convencidas de que las plegarias se emplean de manera resuelta y con un objetivo específico. Sin embargo, las investigaciones revelan que también dan buenos resultados los ruegos generales. Invocaciones como las siguientes no exigen unos resultados concretos ni exigen mucho detalle o elocuencia: "Hágase Tu voluntad", "así sea", "que se haga lo mejor ".

La oración demuestra que no estamos solos.

Un paciente agonizaba. El día antes de su fallecimiento, junto a su lecho. Lo acompañaban su esposa y sus hijos. Él sabía que le quedaba poco tiempo de vida, y elegía con cuidado sus palabras; hablaba en susurros y con voz ronca. No era religioso, nos reveló que últimamente había empezado a rezar.
-¿Y por qué pide? - se le pregunto.
-No es que rece por nada en particular -respondió pensativo-; es que hacer oración me recuerda que no estoy solo.

Donde hay amor y oración siempre hay esperanza. La oración es poderosa. Cuando oramos, se obran cambios y se alteran las circunstancias. Dios oye y contesta las oraciones. La vida es frágil; hay que tratarla con cuidado y oración.

David Brandt Berg

lunes, 20 de abril de 2009

¡Aguanta!


A veces nos preguntamos: "Señor, ¿por qué tenemos que pasar por todos estos quebrantos y dificultades?" Pero hay muchas cosas que el Señor no te puede revelar por adelantado, pues aún no estás listo para ellas. Tienes que pasar por diversas pruebas desconociendo lo que hay en el futuro para ver de qué eres capaz, para que se demuestre tu lealtad y tu fortaleza, para medir tu fidelidad, ¡para ver si estás dispuesto a hacer lo que sea que Dios te pida! Si desde el principio el Señor te contara el final, todo sería demasiado fácil; sería como darte la solución a una adivinanza o como armar el rompecabezas por ti. Eso no sería una prueba.

A pesar de que en cierto sentido le duela, a Dios le gusta ver cómo sales adelante a pesar de todas las pruebas y dificultades. ¡Disfruta al verte ganar la carrera, soportar la aflicción y la batalla, luchar hasta el final y vencer!
. Si aguantas la prueba y la superas, Dios podrá hacer por tu intermedio cosas aún mayores que antes, al estar en el centro de Su voluntad, donde Él sabe que encajas mejor, realizando esa labor específica que te tiene reservada, lo que Dios más quiere que hagas.

¡No te conformes, pues, con nada que no sea lo mejor que Él quiere para ti! ¡Aguanta! ¡Está a la vuelta de la esquina! ¡Y vale la pena! (Ap.3:11)